Llegamos al duodécimo mes recuperando algo, teniendo alguna ventaja como resultado de las acciones del año, sea lo que sea es un pequeño beneficio, lo que se salva, lo que ha quedado después del desgaste del año, las reservas que nos quedan hasta entrar en el nuevo año. Este último mes del año va oscureciendo las perspectivas hasta dejarnos un poco perdidos, aislados incluso desconcertados.
Si en ese año hay planetas afortunados significa una estancia en un lugar aparatado que puede ser un estupendo hotel, si es Júpiter, un lugar bucólico o ajardinado con experiencias de amor, si es Venus y forma buenos aspectos, o un sombrío lugar, que puede llegar sentirse como calabozo o un hospital si se trata de Neptuno y forma varios malos aspectos con planetas infortunas.
Al contrario de lo que cabría esperar, Saturno en este lugar no es tan maléfico como se imagina, pues salvo que este formado malos aspectos, señala un tiempo de estudio y de retiro provechoso, como cuando se estudia en retiro para pasar una oposiciones.
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